La crítica ha coincidido al destacar en Joan Martí un perfecto dominio de todas las técnicas.

Aunque yo carezco de suficiente formación pictórica para pronunciarme sobre una materia tan especializada, puedo no obstante, decir lo que sigue: He residido en América del sur durante varios años, he viajado por el norte de Marruecos, por Egipto, por todas las naciones europeas, hasta Rusia, visitando incansablemente los museos, prque la pintura (también la escultura y la arquitectura) me ha sugestionado siempre y me ha deparado muchas, inolvidables horas de placer estético, sin que mediatizaran mi admirativa contemplación inoportunas reflexiones sobre las técnicas que habián empleado los artistas, puesto que me embelesaba exclusivamente con los geniales logros.

Con Joan Martí me ha ocurrido también exactamente lo mismo. ¿El óleo, el pastel, la acuarela, el carboncillo, el lápiz, la mina de plomo…? Cada instrumento tiene, no cabe duda, sus posibilidades, su dificultad, pero, en definitiva, lo verdaderamente importante son los resultados.

Ahí estan las sensacionales obras de Joan Martí; y “por sus obras le conoceréis”.

Ricardo Fernández de la Reguera.